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Sevilla fundada por un Dios

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Por AndaluNet el 05/03/2018

No podía ser de otra manera. Tanta y tanta belleza junta en la ciudad de Sevilla, no podía ser obra de persona humana. Si no obra de un verdadero Dios. Y es que se mantiene la creencia de que Sevilla fue fundada por un Dios. Os contaremos una antigua y curiosa historia sobre Sevilla y su fundador, llena de leyendas.

Corría el año 1000 A.C, los primeros fenicios llegaban por mar a las costas españolas. Venían con sus barcos por el Mar Mediterráneo desde el Norte de África y llegaban hasta las proximidades de la Bahía de Algeciras donde una y otra vez detenían su viaje. Temerosos por el comienzo del nuevo mar, el Océano Atlántico, los fenicios no se atrevían a pasar “al otro lado” por el Estrecho de Gibraltar. Mantenían la creencia de que“Más allá del Estrecho solo existían las tinieblas, el fin del mundo”.

Imagen del fin del mundo según las antiguas creencias.

Melkart, fundador de Sevilla

Pasaron los años hasta un valiente y heroico navegante llamado Melkart se atrevió a pasar al otro lado del estrecho en busca del Atlántico.

Llegó hasta la ciudad de Cádiz fundada con el nombre de Gádir, recorrió la desembocadura del río Guadalquivir (actual Sanlúcar de Barrameda) y subió surcando el río hasta el lugar que ocupa hoy Sevilla. Aquí fundó una factoría comercial fenicia a la que llamó Ispal en honor de su hijo Híspalo, en una isla que encontró junto al río y que actualmente sería el emplazamiento de la Plaza del Salvador, Plaza de la Pescadería y Cuesta del Salvador en pleno centro de nuestra amada ciudad.

Antiguo mapa donde se representa las columnas de hércules

Hispalis en idioma fenicio significa «llanura junto al río». Haciendo referencia a isla que descubrió Melkart.

Cuando Melkart llega a Sevilla, está poblada por los turdetanos sometidos por el rey Gerión que les obliga a abandonar su religión y profesar la de los egipcios. Melkart lucha por la ciudad de Sevilla y por sus habitantes por lo que a su muerte, es elevado a los altares en la mitología clásica y considerado un Dios, tanto para los egipcios como para los fenicios.

Con el paso de los años, su nombre fue cambiado a Herakles, pero los latinos lo conocen como Hércules. De ahí surge la leyenda de que Sevilla es fundada por un Dios. Un Dios que había “roto” las montañas que unían España y África para que se pudiera atravesar el Estrecho de Gibraltar. Un Dios que había conseguido convertir el “Non Plus Ultra” (No más allá) al “Plus Ultra” (Más allá).

Derivado de todas estas historias y leyendas, podemos ver la figura de Hércules en lugares emblemáticos de Sevilla. En reconocimiento al Dios fundador de nuestra ciudad. Su estatua es la primera en el arquillo del Ayuntamiento y la alameda de Sevilla recibe en su honor el nombre de Alameda de Hércules.