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Coronación de la Estrella
María, Estrella del Tercer
Milenio
María Santísima, porque eres la Estrella, al haber sido elegida por Dios desde
toda la eternidad para ser la madre del Verbo, ruega por nosotros para que viviendo
responsablemente nuestros compromisos de justicia y amor fraterno en este mundo, nunca
olvidemos nuestro destino final en la gloria. Eres Estrella porque tu vida es ejemplo
luminoso para cuantos queremos seguir el camino que es Cristo, haz que imitando tus
virtudes, estemos siempre unidos a Cristo, nuestro Señor y Redentor". Estas palabras
fueron pronunciadas por el arzobispo de Sevilla en su extensa homilía celebrada en la
Santa Iglesia Catedral.
1963, José Sánchez Dubé, pedía en un acta que había
que recaudar oro para coronar a la Estrella. Han transcurrido treinta y un años, hemos
llegado a las puertas del año 2000. 31 de octubre de 1999, María Santísima de la
Estrella, la "Virgen Valiente" de Triana ha sido coronada canónicamente por el
arzobispo de Sevilla, monseñor Carlos Amigo Vallejo. El sueño de la hermandad de San
Jacinto se ha hecho realidad.
La ceremonia de la Coronación tuvo una duración de dos horas. A las
once de la mañana ya sonaba el órgano de la Catedral. En palabras del arzobispo,
"desde el siglo XVI destaca en Triana la imagen de la Estrella, de extraordinaria
belleza que un día tallara Martínez Montañés". También aprovechó Monseñor
Amigo para referirse a los orígenes del barrio de Triana y a la devoción por esas dos
mártires que fueron Santa Justa y Rufina. Precisamente el Decreto de la Coronación tiene
fecha 17 de julio de 1999, festividad de estas dos trianeras.
A las doce de la mañana ya había concluído la lectura del decreto por
parte del vicario general de la Archidiócesis, Antonio Domínguez Valverde. Había
llegado el momento más esperado. Manuel Serrano, el prioste de la hermandad llevaba la
corona en sus manos y subió al presbiterio, junto a dos niños seises -habían sido
elegidos por sorteo-, para que fuera bendecida la presea.
El prelado, acompañado por el Secretario del Congreso Internacional de
Hermandades, Jesús Pérez Saturnino, subió por una de las escalares laterales del
altar y se situó próximo a la Virgen. Mientras tanto, el prioste de la hermandad, los
niños danzantes y Angel Gómez Guillén - maestro de ceremonias de la Catedral - habían
subido por la otra escalera lateral. El prioste ofreció la corona a Pérez
Saturnino, que a su vez se la entregó al prelado, que se la impuso a la Estrella. Eran
las doce y diez, las campanas de la Giralda repicaban en honor a la Valiente de Triana,
mientras Rafael Medina, hermano mayor agradecia la coronación al arzobispo de Seviulla.
Posteriormente y antes de la bendición final bailaron los niños seises.
El Diario de Sevilla publicó una completa guía sobre este
acontecimiento. De la misma extraemos lo siguiente:
La Corona ha sido obra de Orfebrería Triana y han tardado en labrarla 18
meses. Para crearla se han utilizado 4.750 gramos de oro, procedente de las donaciones de
los hermanos y devotos. La Cruz que remata la corona ha sido donada por la Hermandad de
San Gonzalo. El oro empleado ha sido de 22 kilates en toda la pieza, excepto en los rayos
plisados, en los que se ha utilizado oro de 20 kilates. Además del oro, en la presea se
ha utilizado el marfil de dos bolas que de antiguo tenía la hermandad y que ha servido
para las figuras de Santa Justa y Rufina y para el orbe del remate. La Cruz está adornada
con zafiros y brillantes. En la capilla principal del canasto se ha engarzado una pieza de
diamante. La dificultad del trabajo -en palabras de los artesanos- no ha estado sólo en
repujar las 2.500 piezas que componen la corona, sino en encajarlas y soldarlas.
En el interior de una de las capillas los orfebres han colocado u pequeño trozo de madera
de la talla del Señor de las Penas.
A las siete y media de la tarde, la procesión salió en dirección al Ayuntamiento desde
la Puerta de San Miguel entre los repiques de las campanas de la Catedral. La primera
llamada la había hecho el arzobispo y los costaleros la levantaron a pulso. Emotiva fue
también la levantá por el viejo, Manuel Bejarano. La comitiva se dirigió al
Ayuntamiento parac recibir el homenaje institucional de la ciudad. Ya habían
"llovido" pétalos sobre la Virgen y hasta los costaleros habían pasado sobre
una alfombra de pétalos blancos. Desde la Plaza Nueva hasta su San Jacinto trianero los
relojes se habían parado. La Estrella se estaba luciendo por las calles de Sevilla e
iluminando la noche de la tierra de María Santísima.
La Estrella había brillado en Sevilla, quizá acordándose ya que volvía "pa"
Triana. Muy pronto estará aquí el Domingo de Ramos y tu gente te subirá la cuesta del
Altozano. Quiero escuchar a Manuel Albenca cuando en el Pregón de Aznalcázar decía:
...Yo quisiera, Madre mía
Estrella de la Mañana
que alguien me contara
que sería de Sevilla
si no estuviera Triana.
DIOS TE SALVE, ESTRELLA
Salve, Madre,
Salve, Reina,
Esperanza y Vida
Dios te salve, Estrella.
Atiende a las voces
que rotas te llegan
de los que, sin norte,
perdieron la tierra,
y en un valle de lágrimas gimen
y llaman y esperan.
Estrella sublime,
abogada nuestra,
vuélvenos tu mirada, Señora,
dulce faro de luz verdadera.
¡Estrella Valiente!
que Dios eligiera
para darnos camino seguro
en nuestras tinieblas.
Clementísima y dulce María,
siempre Virgen y Pura Doncella,
ruega Tú, Santa Madre de Dios
y podremos lograr su promesa,
que TRIANA se pone en tus manos
y fía en su ESTRELLA. AMEN.
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SALVE, ESTRELLA
Dios te salve, María,
Rosa temprana.
Llena eres de gracia,
gracia de Dios.
Bendita Tú eres
porque alimentas
mi fe cristiana
y bendito tu Hijo
que por salvarnos
fue redención.
Dios te salve,
Estrella de la mañana,
Tú iluminas la noche
del pecador.
Estrella, lucero,
faro, guía, luz de Triana,
escucha este canto,
canto que sale
del corazón.
Santa María,
Madre de Dios,
ruega por nosotros
y a la hora
de nuestra muerte
no nos falte, Señora,
Estrella nuestra,
tu bendición.
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Video de la Coronación
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