VIRGIN NAPKIN MURILLO

Una de las obras más conocidas del genial Bartolomé Esteban Murillo es la Virgen de la Servilleta. Expuesta actualmente en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, esta obra guarda una curiosa leyenda sobre su creación que, a la postre, la ha bautizado con el nombre por el que la conocemos hoy día.

Murillo pasó una temporada en el Convento de los Capuchinos para poder pintar algunas obras con tranquilidad y sin distracciones. Según cuenta la leyenda, uno de esos días, el cocinero entró en el estudio en el que trabajaba el pintor para retirarle la comida, como de costumbre, y se quedó mirando con admiración las obras de Murillo. En un arrebato de atrevimiento, el cocinero exclamó que sería maravilloso tener en su habitación una Virgen pintada por él a la que poder rezar.

El pintor tomó una de las grandes servilletas que se utilizaban en el convento y se puso a trabajar en ello inmediatamente. El resultado es la obra que hoy conocemos como La Virgen de la Servilleta.

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