La presencia de D.
Fadrique en Jerusalem dio lugar a la leyenda de que el palacio sevillano era una copia del
pretorio de Poncio Pilatos. También existe sin embargo la tradición de que el nombre le
viene dado por haber estado junto a la puerta de esta casa la primera estación de Vía
crucis que iba hasta la Cruz del campo. Al señalarse en esa estación que Cristo era
juzgado en casa de Poncio Pilatos, los sevillanos comenzaron a llamar al edificio "La
Casa de Pilatos".
La portada del edificio es
obra realizada en Génova por Antonio María Aprile en 1.529. Aunque claramente
renacentista, está rematada por una crestería gótica al parecer traída del palacio que
los Ribera tenían en Bornos.
El Patio principal es
renacentista, con decoración mudéjar. En el centro se levanta una fuente y en los
ángulos se sitúan dos estatuas representando a la diosa Palas. Tienen gran interés los
veinticuatro bustos de emperadores romanos que junto al de Carlos I y Ciceron se
distribuyen por las galerías bajas del patio.
Son de destacar los
artesonados del Pretorio y del Pabellón ubicado en el jardín chico, así como los
zócalos y las rejas platerescas.
Al piso superior se accede
por una grandiosa escalera decorada con zócalos de azulejos y cubierta con cúpula de
madera, apoyada en trompas de mozárabes, obra de Cristóbal Sánchez.
En la planta alta se
conserva distribuida por diversas salas una importante colección de pinturas fechables
desde el siglo XVI al XIX, entre las que destacan: La Piedad de Sebastián del Piombo, de
1.539, en la sala del Torreón; un pequeño Goya representando el arrastre del toro, en la
sala contigua a la anterior; un bodegón de Giusseppe Recco, en el comedor; y una tabla
representando a la Magdalena, obra del siglo XVI, en la sala que antecede al archivo, en
el cual se encuentran tres pinturas de Lucas Jordán, de gran calidad y belleza.
La sala que se encuentra
en el ala izquierda del torreón se cubre con un techo adornado por pinturas realizadas
por Fco. Pacheco en 1.604, que representan la apoteosis de Hércules.