Parque de Mar�a Luisa


El parque en si lo don� a la ciudad la Infanta Mar�a Luisa, que siempre pregonaba su amor por sevilla, de una gran parte de los jardines de su palacio, mas de 400.000 metros cuadrados. Este terreno se mantuvo sin modificacion alguna hasta la Exposici�n Iberoamericana de 1929, que se le a�adieron parte de los terrenos del Prado de San Sebasti�n, los naranjos del palacio de San Telmo, los Jardines de las Delicias y el Huerto de Mariana, donde esta la plaza de Am�rica.

El ingeniero franc�s Forestier fue el encargado de realizar las obras en el parque, respetando el trazado original de los antiguos jardines de la Infanta. Forestier plasm� una mezcla entre los dise�os venidos de Europa y los isl�micos.

El resultado fue y todav�a es hermosas y variadas arboledas, acacias, olmos y miles de setos; arrayanes, adelfas, laureles, rosaledas y flores. Todo ello unido a los lagos artificiales, fuentes y glorietas, con decoracion de azulejos sevillanos.

El extremo sur del parque, la plaza de Am�rica, llamada al principio plaza de Honor, es uno de los espacios mejor tratados de la expocici�n Iberoamericana.

En ella plasmo An�bal Gonz�lez los mejores rasgos de su temperamento combinando adem�s la rejer�a sevillana, azulejer�a y estatuas, elementos que tanto habr�an de repetirse en el futuro, como si de un modelo local indisoluble se tratara; de hecho, las tendencias mud�jar, g�tica y renacentista unidas vinieron a denominarse regionalismo o historicismo arquitect�nico.

Destaca la ordenaci�n de sus jardines, en los que se alzan 16 estatuas de Victorias, columnas, escalinatas, etc.

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